Hombres necios que acusáis

Poema

A continuación os ofrecemos el poema “Hombres necios que acusáis” con su comentario:

Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis.

Si con ansia sin igual
solicitáis su desdén,
¿por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?

Combatís su resistencia
y luego con gravedad
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.

Parecer quiere el denuedo
de vuestro parecer loco
al niño que pone el coco
y luego le tiene miedo.

Queréis con presunción necia
hallar a la que buscáis,
para pretendida, Tais,
y en la posesión, Lucrecia.

¿Qué humor puede ser más raro
que el que, falto de consejo,
él mismo empaña el espejo
y siente que no esté claro?

Con el favor y el desdén
tenéis condición igual,
quejándoos, si os tratan mal,
burlándoos, si os quieren bien.

Opinión ninguna gana,
pues la que más se recata,
si no os admite, es ingrata,
y si os admite, es liviana.

Siempre tan necios andáis
que con desigual nivel
a una culpáis por cruel
y a otra por fácil culpáis.

¿Pues cómo ha de estar templada
la que vuestro amor pretende,
si la que es ingrata ofende
y la que es fácil enfada?

Mas entre el enfado y pena
que vuestro gusto refiere,
bien haya la que no os quiere
y queja enhorabuena.

Dan vuestras amantes penas
a sus libertades alas
y después de hacerlas malas
las queréis hallar muy buenas.

¿Cuál mayor culpa ha tenido
en una pasión errada:
la que cae de rogada
o el que ruega de caído?

¿O cuál es más de culpar,
aunque cualquiera mal haga:
la que peca por la paga
o el que paga por pecar?

¿Pues para qué os espantáis
de la culpa que tenéis?
Queredlas cual las hacéis
o hacedlas cual las buscáis.

Dejad de solicitar
y después con más razón
acusaréis la afición
de la que os fuere a rogar.

Bien con muchas armas fundo
que lidia vuestra arrogancia,
pues en promesa e instancia
juntáis diablo, carne y mundo.

Diccionario literario

Thais: fue una cortesana ateniense que acompañó a Alejandro Magno, conocida por seducirlo para que quemara un legendario salón persa.

Lucrecia: fue una ciudadana romana conocida por su honradez y fidelidad a su marido. Sin embargo, su pureza atrajo a Sexto Tarquinio, hijo del emperador romano Tarquinio el soberbio, que le amenazó con matarla y decir que estaba manteniendo relaciones con un esclavo si no se acostaba con él. Fue violada, al día siguiente, se lo contó a su marido y le hizo prometer que habría venganza. No obstante, la carga de la violación fue demasiado grande para ella que se quitó la vida suicidándose. Es símbolo de la pureza y fidelidad en la mujerMás información.

Comentario a “Hombres necios que acusáis” de Sor Juana Inés de la Cruz

El poema constituye una sátira a la hipocresía masculina y la denuncia de como la pasión rompe la moral de los dos sexos cuando el instinto humano quebranta el proceder reflexivo y racional. Octavio Paz destaca que se escribió en un contexto en el que circulaban incontables sátiras contra la mujer, el poema tuvo como razón de ser responder a las habladurías.

Thais y Lucrecia son protagonistas de la confrontación moral en los versos de Sor Juana Inés de la Cruz. La crítica  radica en que los hombres ya sea tomando a una mujer fácil como Thai, o siendo rechazados por una mujer difícil como Lucrecia culpan al género femenino por el resultado.

Se trata de una sátira, reclamo o crítica hacia los hombres que, seducidos por una mujer, la consideran culpables por desatar sus pasiones. En realidad, argumenta poéticamente la autora, la culpa es compartida. La perspectiva es desde la moral católica de una sexualidad encauzada por la castidad, por lo tanto, una conducta contraria a estos valores es considerada como un pecado. En este caso, el hombre es el que incita a través de la seducción y la mujer, de forma instintiva, responde a ese llamado. ¿Es culpable, entonces, el género femenino de alejar al hombre de una vida casta?

hombres necios que acusáis
La autora rompe el silencio y critica la desigualdad en el razonamiento masculino.

En la primera estrofa se resume el tema del poema, la hipocresía del género masculino:

Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis.

El hombre, por un lado, reclama una mujer decente pero a la vez quiere que acceda a sus deseos. Asimismo, acaba diciendo mediante el uso de la figura literaria de la antítesis “Y después de hacerlas malas/las queréis hallar muy buenas”, remarcando la contradicción de sus actos. En cualquiera de los dos casos, rechazo o facilidad, Lucrecia o Thai, el hombre acaba proyectando la culpa en la mujer:

Con el favor y el desdén
tenéis condición igual,
quejándoos, si os tratan mal,
burlándoos, si os quieren bien.

Siendo tan irracional el comportamiento de los hombres el “yo poético” se pregunta qué buscan realmente:

¿Pues cómo ha de estar templada
la que vuestro amor pretende,
si la que es ingrata ofende
y la que es fácil enfada?

El poema exclama a los hombres que también es culpa suya, y les ánima a que sean coherentes: “Queredlas cual las hacéis o hacedlas cual las buscáis”. Es decir, si las seducís provocando que no sean castas aceptarlas y queredlas así, si no, no actuéis de este modo.

Análisis de “Hombres necios que acusáis”

Son 16 redondillas que se ajustan de forma perfecta al concepto métrico de la redondilla. Está compuesto por 16 estrofas, cada una con cuatro versos de ocho sílabas y, una rima asonante ABBA. Se utilizan muchas figuras literarias de entre las que destacamos las más importantes:

En primer lugar, el uso literario de la figura antítesis:

Dan vuestras amantes penas
a sus libertades alas
y después de hacerlas malas
las queréis hallar muy buenas.

En segundo lugar, encontramos la figura retórica del encabalgamiento:

Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis.

En tercer lugar, la aliteración:

¿Pues para qué os espantáis
de la culpa que tenéis?
Queredlas cual las hacéis
o hacedlas cual las buscáis.

 

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