Este es uno de los poemas más destacados de Blas de Otero en el que encontramos unos versos profundamente humanos y desesperanzados que guardan relación al ser más íntimo del hombre y los límites de la condición humana:
HOMBRE
Luchando, cuerpo a cuerpo, con la muerte,
al borde del abismo, estoy clamando
a Dios. Y su silencio, retumbando,
ahoga mi voz en el vacío inerte.
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Oh Dios. Si he de morir, quiero tenerte
despierto. Y, noche a noche, no sé cuándo
oirás mi voz. Oh Dios. Estoy hablando
solo. Arañando sombras para verte.
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Alzo la mano, y tú me la cercenas.
Abro los ojos: me los sajas vivos.
Sed tengo, y sal se vuelven tus arenas.
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Esto es ser hombre: horror a manos llenas.
Ser -y no ser- eternos, fugitivos.
¡Ángel con grandes alas de cadenas!
Análisis de Hombre de Blas de Otero
En el primer cuarteto del soneto de Blas de Otero se nos presentan los límites del sufrimiento humano. En esta primera estrofa, y desde el nivel formal del estudio, nos encontramos la imagen de un hombre luchando frente a la muerte personificada y se siente desasistido por el mismo Dios a quien llama sin recibir respuesta alguna. Es notable también el uso de las figuras literarias como, en este caso, la antítesis del “retumbar del silencio”, pues el silencio no puede retumbar. El uso que hace Blas de Otero de la antítesis es la de trasladar dos veces al lector una misma idea mediante su contrario.
La segunda estrofa se dirige directamente a Dios a quien pide que le auxilie en los momentos de máximo sufrimiento. Aún así, la melancolía de este soneto se hace más presente en el séptimo y octavo verso en tanto que el autor se reconoce solo y desamparado.
El primer terceto, tercera estrofa, tenemos al poeta en lucha directa con Dios a quien le está pidiendo cuentas por la realidad que está viviendo, desde una perspectiva más física y tangible en el que hay una acción del poeta y una reacción inmediata de Dios. Los versos son muy dinámicos y el alto número de verbos provocan una ligereza muy característica de la obra de Blas de Otero.
En la última estrofa observamos una lección sobre los límites de la condición humana —en parte influenciados por la realidad bélica y social en la que vivía el autor— en la que nos traslada una potente humana del ser humana: un ángel con un potencial divino pero atado, encadenado e incapaz de sobrepasar los límites que le han sido impuestos. La estrofa se inicia con una metáfora con la que pretende definir al hombre: “Horror a manos llenas” y que concluye con un pesimismo muy intenso reflejo de las inquietudes trascendentales, vitales y sociales en las que el autor estaba sumido.
OBRA DE BLAS DE OTERO
Este poema tiene un lenguaje muy similar a otros como ecce homo o basta en los que la dialéctica con Dios tiende a ser frustrante por la falta de ‘conexión’ que el autor tiene con el creador. Por lo general, el hombre —que aspira a grandes cosas— se ve limitado por las circunstancias de su propia condición: sociedad, guerras, etcétera.
El poema se incluye en Ángel fieramente humano (1950) un libro de poesías (antología) de Blas de Otero. Puedes hacerte con un ejemplar de esta obra en nuestra plataforma digital en la que siempre recomendamos la mejor edición. En este caso, te presentamos la doble edición que hizo la RAE en el año 1961 en el que recoge dos de las antologías más famosas de Blas de Otero: Ángel fieramente humano y Redoble de conciencia que viene con un prólogo del famoso escritor Dámaso Alonso.
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