Aurea mediocritas | Tópicos literarios, características y ejemplos.
¿Qué es Aurea mediocritas?
Aurea mediocritas es un tópico literario que significa literalmente: mediocridad dorada. Tiene su origen en la poesía latina clásica de Horacio, uno de los poetas romanos más importantes. En sus Odas, Horacio plasma el tópico literario, diciendo
Auream quisquis mediocritatem / diligit, tutus caret obsoleti / sordibus tecti, caret invidenda / sobrius aula.
Algo así como:
El que se contenta con su dorada medianía / no padece intranquilo las miserias de un techo que se desmorona, / ni habita palacios fastuosos / que provoquen a la envidia.
Aurea Mediocritas: Significado y Aristóteles.
El origen de este tópico se encuentra, en realidad, en la filosofía de Aristóteles. En su obra Ética a Nicómaco, Aristóteles especifica que en el término medio está la virtud: la virtud, por ejemplo, de la templanza, se encuentra en el punto medio entre la insensibilidad y la intemperancia. Por supuesto, el filósofo no quiso decir que siempre hay que escoger el punto medio, puesto que hay males en esencia, independientemente de la cantidad. De todas formas, el tópico literario Aurea mediocritas se va desviando de esta doctrina virtuosa y, al final, poco tiene que ver con la moral.
Como se ha dicho anteriormente, el concepto viene de la poesía latina y el tópico tiene un significado profundo: habla del equilibrio, la tranquilidad y del desprecio por tanto del éxito o de una vida destacada. Todo tópico es una idea que se ha extraído de un poema y se ha formulado (como en este caso con la expresión aurea mediocritas), dicha idea se va repitiendo por distintos autores y así se va creando una tendencia o una moda.
Aurea mediocritas consiste en la dignificación de la mediocridad. Es decir, no siempre es lo mejor para uno estar en una situación de éxito, de poder o ser el centro de atención. Este tópico, por tanto, recuerda al lector que a veces la mediocridad compensa porque implica equilibrio, tranquilidad y una vida decente.
Ejemplos de Aurea Mediocritas
Ándeme yo caliente
Y ríase la gente.
Traten otros del gobierno
Del mundo y sus monarquías,
Mientras gobiernan mis días
Mantequillas y pan tierno,
Y las mañanas de invierno
Naranjada y aguardiente,
Y ríase la gente.Luis de Góngora, “Ándeme yo caliente”
La métrica de este “Ándeme yo caliente” de Luis de Góngora es muy interesante. Es una letrilla, es decir, un tipo de composición poética que está formada por versos octosílabos, en grupos de seis versos por estrofa (sextilla). Al principio del poema, el autor comienza con un pareado heptasílabo. El segundo verso de dicho pareado se repetirá al final de cada estrofa, como un verso extra a modo de estribillo y pie quebrado. Es decir, al ser de un verso de una sílaba menor al resto de versos del poema (que son octosílabos), el estribillo.
La rima es también interesante: pareado del estribillo aa + bccbeea + a (estribillo). Es la rima de redondilla en los primeros versos (redondilla consiste en agrupar 4 versos de arte menor con rima bbccbb), después un pareado y finalmente un verso que con rima a para que encaje con el estribillo a modo de pareado.
Pero lo más interesante es sin duda el tema: no hay duda de que Góngora hace una letrilla satírica, es decir, pretende ridiculizar una idea o una situación. En un principio, parece que está ridiculizando el poder, loando la mediocridad, pero lo hace de forma tan paródica que aún podría pensarse que en el fondo la postura ridiculizada es la del mediocre. En cualquier caso, con ironía o sin ella, todo este juego barroco lo hace hablando de las ventajas de la mediocridad, es decir, a través del tópico aurea mediocritas: “Traten otros del gobierno/ del mundo y sus monarquías/ mientras gobiernan mis días/ mantequillas y pan tierno.”
Veamos otro ejemplo en el que se emplea el tópico de aurea mediocritas.
Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido
—ya conocéis mi torpe aliño indumentario—,
más recibí la flecha que me asignó Cupido,
y amé cuanto ellas puedan tener de hospitalario.
Estos cuartetos de versos alejandrinos (versos de 14 sílabas) de Machado nos explican el origen y la personalidad del poeta. Con versos sutiles, el autor va alabando la sencillez de su vida: “Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido”. Es decir, a diferencia de esos dos personajes literarios, Miguel de Mañara o el Marqués de Bradomín, él no ha sido un gran seductor; de hecho, reconoce que tiene un “torpe aliño indumentario”. En otros versos, el poeta sigue destacando su medianía, especialmente en los últimos en los que reconoce que cuando se muera lo hará sin lastre: “me encontraréis a bordo ligero de equipaje,/ casi desnudo, como los hijos de la mar”.
Este fragmento de un poema de Enrique García Álvarez es también un ejemplo muy representativo del tópico literario Aurea Mediocritas.
Confieso con triste afán
y sentimiento profundo,
que soy lo más holgazán
que Dios ha echado a este mundo.Enrique García Álvarez, “La tengo…”:
(Poema recogido en Las pirámides de la sal, de José Casado; citado en El teatro cómico de Enrique García Álvarez, tesis doctoral de Elena Palacios Gutiérrez)
Este chistoso poema de Enrique García Álvarez describe su peor defecto: la pereza; y todo ello en el tono cómico que caracterizaba al dramaturgo español de principios del siglo XX. Escribió varias obras junto al famoso Pedro Muñoz Seca y tuvo cierta fama en el Madrid de la época hasta su muerte en 1931. Estos versos de alguna forma transmiten cierto descontento con su defecto, pero a la vez, el tono chistoso otorga cierto aire simpático a esa situación.
Solo hace falta leer los primeros, y famosos, versos para percibir la simpatía del personaje: “Confieso con triste afán y sentimiento profundo, que soy lo más holgazán que Dios ha echado a este mundo”. Este autor nos confiesa con estos versos que no está orgulloso de su pereza, pero a la vez configura una imagen afable de ella. Encajaría este poema con el tópico Aurea mediocritas, ya que no hay un tono trágico ni un deseo de cambiar esa pereza que describe con soltura.
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