La Semana Santa es un tiempo de reflexión para la vida del cristiano en la que descansamos y meditamos el sentido de nuestra vida. Una semana de descanso, de contemplación y de pensarnos a nosotros mismos para ver en Cristo crucificado una ejemplo de amor por el prójimo.
Es fácil pensar que estas festividades son únicamente para el creyente, aquel que tiene fe, y olvidarnos del gran número de personas no practicantes ni creyentes que también tienen necesidad de esta reflexión y meditación. Nos pasamos el tiempo yendo a la deriva del mundo y nos olvidamos de aquellos instantes de tranquilidad que todos necesitamos para poder reflexionar el sentido de nuestra vida y dotarla de sentido.
Por ello, presentamos siete poesías para leer en semana santa que pueden ayudarte a reflexionar.
Poemas de Semana Santa
Tras un amoroso lance
Tras de un amoroso lance
y no de esperanza falto
volé tan alto tan alto
que le di a la caza alcance
[Leer] Tras un amoroso lance | San Juan de la Cruz
Llama de amor viva
¡Oh llama de amor viva,
que tiernamente hieres
de mi alma en el más profundo centro!
pues ya no eres esquiva,
acaba ya si quieres;
rompe la tela de este dulce encuentro.
[Leer] Llama de amor viva | San Juan de la Cruz
Nocturno
Ahora suelto la mártir sandalia
y las trenzas pidiendo dormir.
Y perdida en la noche, levanto
el clamor aprendido de Ti:
¡Padre Nuestro, que estás en los cielos,
por qué te has olvidado de mí!
[Leer] Nocturno | Gabriela Mistral
Hombre
Luchando, cuerpo a cuerpo, con la muerte,
al borde del abismo, estoy clamando
a Dios. Y su silencio, retumbando,
ahoga mi voz en el vacío inerte.
Nocturno
¿A quién cuento mis pesares?
Me da miedo de turbar este silencio
con sollozos. ¡Si escuchara algún suspiro!
¡Mis amores están lejos!
[Leer] Nocturno | Juan Ramón Jiménez
En la ascensión
¿Y dejas, Pastor santo,
tu grey en este valle hondo, escuro,
con soledad y llanto;
y tú, rompiendo el puro
aire, ¿te vas al inmortal seguro?
[Leer] Oda XVIII, En la ascensión | Fray Luis de León
Ocaso
Para mi pobre cuerpo dolorido,
para mi triste alma lacerada,
para mi yerto corazón herido,
para mi amarga vida fatigada…
¡el mar amado, el mar apetecido,
el mar, el mar y no pensar en nada!…
Esperamos que esta pequeña antología de poesías de Semana Santa te sirva para poder reflexionar y descansar del “mundanal ruido”. Si tienes alguna otra sugerencia puedes ponerte en contacto con nosotros y la incluiremos encantados.