Padre Nuestro, que estás en los cielos,
¡por qué te has olvidado de mí!
Te acordaste del fruto en febrero,
al llagarse su pulpa rubí.
¡Llevo abierto también mi costado,
y no quieres mirar hacia mí!

Te acordaste del negro racimo,
y lo diste al lagar carmesí;
y aventaste las hojas del álamo,
con tu aliento, en el aire sutil.
¡Y en el ancho lagar de la muerte
aun no quieres mi pecho oprimir!

Caminando vi abrir las violetas;
el falerno del viento bebí,
y he bajado, amarillos, mis párpados,
por no ver más enero ni abril.

Y he apretado la boca, anegada
de la estrofa que no he de exprimir.
¡Has herido la nube de otoño
y quieres volverte hacia mí!

Me vendió el que besó mi mejilla;
me negó por la túnica ruin.
Yo en mis versos el rostro con sangre,
como Tú sobre el paño, le di,
y en mi noche del Huerto, me han sido
Juan cobarde y el Ángel hostil.

Ha venido el cansancio infinito
a clavarse en mis ojos, al fin:
el cansancio del día que muere
y el del alba que debe venir;
¡el cansancio del cielo de estaño
y el cansancio del cielo de añil!

Ahora suelto la mártir sandalia
y las trenzas pidiendo dormir.
Y perdida en la noche, levanto
el clamor aprendido de Ti:
¡Padre Nuestro, que estás en los cielos,
por qué te has olvidado de mí!

Análisis formal de Nocturno

El poema en su conjunto se estructura a través de siete estrofas: las dos primeras de seis estrofas, las dos centrales de cuatro y las últimas tres de seis estrofas otra vez. La rima es asonante en los pares, aunque hay algunas impares que riman de forma encadenada pero no puede considerarse una intención de Mistral, pues son contadas las ocasiones. 

Los versos son decasílabos, es decir, todos tienen diez sílabas y está colmado de encabalgamientos que ofrecen al poema una cierta continuidad que se ve obstruida en el punto final de cada estrofa de seis versos.

Comentario de Nocturno de Gabriela Mistral

Nocturno es uno de los poemas religiosos místicos de Gabriela Mistral más conocidos de su legado. La poetisa chilena conocía perfectamente las sagradas escrituras desde pequeña a raíz de sermones dominicales que escuchaba semanalmente (Espinoza, 1957: 100) y quizás por su posible ascendencia judía, cosa más dudosa. 

El Nocturno de Mistral es una obra centrada en la crucifixión (Concha, 2015) en la que “muestra su terrible aflicción y frenético temor por el destino del amado en el más allá” (Pincheira, 1989: 88) haciendo un gran paralelismo entre el calvario de Jesucristo y su propia existencia. 

Tema principal

El tema principal del poema es el sufrimiento que experimenta Gabriela Mistral en los versos. No es un sufrir físico el que le atormenta, más bien es un sufrir espiritual muy ligado a su fe católica a quien, por cierto, desde el segundo verso le recrimina el tenerla olvidada y no asistirle en los momentos de gran necesidad. 

En la segunda parte del poema, pasados los cuartetos, explica que ella siempre ha seguido los designios divinos y ha sido ejemplo como cristiana, muriendo por el mundo. El cansancio que experimenta Mistral por sus principios cristianos la han llevado a quedarse dormida hasta el amanecer del día siguiente, cuando volvería a repetir su día de morir como Cristo murió por el mundo. 

Finalmente, en la última estrofa se puede observar la desolación en la que se encontraba Mistral. Siguiendo las doctrinas de la fe, tal como ella hacía, se encuentra en una especie de Noche oscura del alma en la que no puede encontrar a Cristo y se pregunta, como hacía Blas de Otero en Hombre, si Dios se ha olvidado definitivamente de ella. 

Bibliografía

Concha, Jaime (2015): Gabriela Mistral. Ediciones Universidad Alberto Hurtado.

Espinoza, Enrique (1957): Gabriela Mistral y el espíritu de la Biblia. Chile: In Anales de la Universidad de Chile.

Pincheira, Dolores (1989): Gabriela Mistral, guardiana de la vida. Santiago de Chile, Andrés Bello.

Xavier Roca

Director y fundador de la plataforma cultural EsPoesía. Profesor, infatigable estudiante y apasionado por la cultura. Investigador (R1) en el programa Ramón y Cajal (2016-18). Graduado en humanidades por la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona.