Generación del 27
Bajo el rótulo de la generación del 27 se encuentran la más brillante promoción de la literatura española del siglo XX. Estaba constituida por una serie de poetas que, asimilando la tradición literaria española, adoptaron los nuevos movimientos de vanguardia.
La Guerra Civil española se encargaría de separar a estos autores en lo que Jorge Guillén ha definido como “lost generation” (generación perdida), que condicionó su desarrollo poético. Desafortunadamente, Federico García Lorca, fue ejecutado por su apoyo al Frente Popular y sería el primer miembro en perder la vida.
Autores de la Generación del 27
Fundamentalmente, este grupo está formado por ocho poetas: Salinas, Guillén, Diego, Aleixandre, Lorca, Alonso, Cernuda y Alberti. Empezaron a publicar poemas y libros de poesía en los años 20, tal ha sido su influencia que se ha llegado a afirmar la existencia de un segundo Siglo de Oro en la literatura española. El crítico Antonio Blanch lo definía de esta manera:
Partimos de una constatación innegable: durante los años 1920-1930 varios escritores jóvenes españoles empiezan a publicar poemas de una manera semejante y nueva en las revistas literarias de la época, con un grandioso anhelo de pulcritud y perfección. Son todavía autores desconocidos y desdeñados a veces por el gran público; pero es tan noble la afinidad que existe entre ellos, que llegan a constituir muy pronto un grupo de verdaderos amigos. No tienen un programa en común, pero todos se sienten empujados por un mismo deseo incoercible de pureza y renovación lírica que les hace acercarse y caminar juntos.
No obstante con el tiempo la pertenencia al grupo se ha ido flexibilizando. Ya no sólo se introducieron Emilio Prados, Manuel Altolaguirre o Fernando Villalón, sino que también forman parte Miguel Hernández o el escritor chileno Pablo Neruda.
¿Qué es la Generación del 27?
Hay cierta controversia respecto a la denominación de este grupo de poetas. La “Generación del 27” ha sido el término más aceptado, su origen procede del centenario de la muerte de Luis de Góngora (1561-1627). Esto es debido a que, en un principio, parte de los integrantes (Diego, Guillén, Salinas, Alonso, Lorca y Alberti) se hacían llamar los “nietos de Góngora” y organizaban actos en su honor.
Otros de los términos utilizados para referirse a este grupo son “Generación de la Amistad”, “Generación de los poetas-profesores”, “Generación Lorca-Guillén”, “Generación de la Revista Occidente“, “Generación de 1925” y, el más rechazado, “Generación de la Dictadura”. Al final acabó triunfando la de fecha de 1927, esto es debido a tres razones: es el centenario de Góngora, se inician las revistas más importantes del grupo ese mismo año y debido a que se publicaron las obras más significativas de los autores.
Poetas de la Generación del 27
Jorge Guillén | Rafael Alberti
Gerardo Diego |
Contexto histórico de los autores de la Generación del 27
El devenir histórico de estos poetas está profundamente marcado por la Guerra Civil española. Un conflicto que desgarró sus corazones y les hizo contemplar la naturaleza caída del ser humano. Todo esto produjo un cambio de actitud en los autores, asimismo lo expresa González Muela:
La guerra española (1936-1939) alteró los destinos de muchos españoles, para no hablar de los que perdieron la vida en la contienda. Una buena parte de los poetas del 27 eran liberales y republicanos y tomaron el camino del exilio al terminar la guerra.
No hay duda de que muchos de los poetas se vieron obligados a cambiar de vida, Rozas lo analizaba de esta manera años más tarde:
La generación se ha dispersado dramáticamente, pero no se han roto los lazos de amistad entre ellos. Los tres que quedan en España cumplen una misión importante de enlace con los desterrados y a la vez con los poetas más jóvenes de dentro del país, de los que son ahora maestros indiscutibles.
Respecto a la temática no hubo un cambio radical. Antes de la guerra también ya trataban temas sociales, es posible que la diferencia radique en que a partir de entonces se tratan temas más trascendentales: la búsqueda de la eternidad por medio de la poesía, la angustia existencial, el significado de nuestra existencia, etc.
Tendencias estéticas de la generación del 27
Desde un punto de vista estético si algo caracteriza a la generación del 27 es su variedad. Dámaso Alonso hizo eco de esta idea:
Lo que me maravilla en esa generación a la que tuve la fortuna de acompañar es la intensa personalidad artística de sus voces, lo generoso de sus voces, lo generoso de su empeño, principio casi extrahumano y humanizado a la postre.
Su credo consiste, precisamente, en la variedad. No se marcó un camino que seguir, mientras unos coincidían en una manera de hacer otros exploraban nuevos caminos. Los críticos literarios se encuentran con todo un desafío cuando los examinan, que se han dedicado a analizar las distintas modalidades estéticas.
Arte Nuevo
En esa época la literatura tiene vocación de intrumento que permita la transformación social. La generación del 27 acepta con gusto este reto, el arte de vanguardia surge para romper con todo lo anterior. No se puede ignorar la influencia de Ortega y Gasset, en concreto, sus teorías de la deshumanización, que ofrecen una serie de características que empaparán a nuestros poetas: Afán de originalidad, hermetismo, autosuficiencia del arte, antirrealismo y antirromanticismo, sobrerealismo, instrascendencia, Predominio de la metáfora, escritura onírica y atomización.
Estos elementos, instrumentalizados libremente por los poetas, fueron la base de lo que luego se convertiría en un movimiento que combinaba tanto lo tradicional como lo vanguardista. Ahora bien, las circunstancias de la guerra provocan que algunos de los poetas den el paso de la vanguardia al compromiso:
Después de la guerra muchos de estos escritores abandonan con su actitud de poetas directamente combativos. Así ocurre con Prados, Altolaguirre y Cernuda. No con Alberti, que en el exilio fue alternando la poesía política con la personal, según el dictado de su libro Entre el clavel y la espada. Pero en compensación, poetas que no habían abordado el tema del compromiso social y político, lo hacen ahora. Ya desde dentro, Dámaso Alonso con Hijos de la ira, ya en el destierro en el destierro como Maremagnum de Guillén. No sólo la guerra española, sino la mundial, les ocupa ahora. Por ejemplo el poema Cero de Salinas.
Características generales de la generación del 27
A pesar de que la variedad de sus temas, resulta interesante hacer una aproximación a las características comunes del grupo de poetas del 27. Aspectos internos relativos a la creación literaria que los unían.
Mundo poético y temas
La literatura del 27 se sumerge en los grandes temas de la cultura occidental. Juan Manuel de Rozas lo analiza desde la perspectiva de destino y habitat, es decir, desde el punto de vista del poeta y del mundo. Tres son los temas fundamentales para el autor: civitas hominum, la naturaleza y el amor y el compromiso.
Civitas hominum
En cuanto al primer tema se aborda como una alternativa al clásico Civitas Dei, se presenta una ciudad de los hombres en la que introducen elementos modernos como pueden ser la mecánica o la máxima ciudad para la literatura de la época: Nueva York. Si bien en un principio estos elementos producen atracción acaban siendo rechazados. Para Rozas:
La visión de la ciudad, positiva primeramente, tuvo después un tratamiento negativo, no en favor de la aldea, sino en favor de la posible ciudad buena de los hombres, frente a los males que acabaron por ver y denunciar en ella. Así 13 bandas y 48 estrellas de Alberti y Poeta en Nueva York de Lorca; o el Salinas del poema titulado precisamente Civitas Dei en El contemplado.
Naturaleza y el amor
En cuanto a la naturaleza y el amor se produce una reinterpretación respecto a la literatura y retórica tradicional. Se pasa de una naturaleza rural, que ha caracterizado la literatura desde el Romanticismo hasta el 98, a un paisaje urbano en lo que se conoce como un modernismo contemplativo. El amor se desnuda y su ámbito no va más allá de la habitación.
Compromiso
El tercer tema es el compromiso, entendido como compromiso por su tiempo, por las artes y con la amistad. Respecto al compromiso político y social, Rozas lo ha resumido en tres etapas fundamentales: la primera, anterior a 1936, con Poeta en Nueva York y la obras de Alberti y Prados como avances; una segunda, muy activa, durante la guerra civil; y, finalmente, durante el exilio. José Luis Cano lo señala de esta manera:
El pueblo y la historia entran formalmente en los poetas del 27, como testimonio de un tiempo mísero y también esperanzado, cerrando así el ciclo -o abriendo una nuevo- que va desde la poesía pura, intimista y surrealista a la poesía de situación temporal e histórica.
El ocaso de la Generación del 27
La Guerra Civil no acabó con el grupo. No obstante, todo llega a su fin. El tiempo, verdugo del hombre, fue llevándose uno a uno a los integrantes. Jorge Guillén en su artículo Lenguaje y poesía se lamentaba:
Sabe Dios cuánto habría durado aquella comunidad de amigos si una catástrofe no le hubiese puesto un brusco fin de drama o tragedia. Tragedia absoluta fue la muerte de Federico García Lorca, criatura genial. Tragedia con su coro: España, el mundo entero. También nos falta el mayor del grupo, fallecido prematuramente (1951, Boston) en plena madurez de producción. El final de Cántico le llama “amigo perfecto”, y así lo fue siempre con una continua generosidad inextinguible. A todos nos ha conmovido la muerte de Manuel Altolaguirre (1959) en un azar de carretera castellana. Emilio Prados (1962) y Luis Cernuda (1963) fallecieron en México.
Algunos autores establecen 1964 como la fecha para determinar el ocaso de la Generación del 27. Sin embargo, no es hasta la muerte de Jorge Guillén y Vicente Aleixandre que desaparece el espíritu del 27.