Cual parece al romper de la mañana de Luis de Góngora

Cual parece al romper de la mañana
aljófar blanco sobre frescas rosas,
o cual por manos hecha, artificiosas,
bordadura de perlas sobre grana,

tales de mi pastora soberana
parecían las lágrimas hermosas
sobre las dos mejillas milagrosas,
de quien mezcladas leche y sangre mana,

lanzando a vueltas de su tierno llanto
un ardiente suspiro de su pecho,
tal que el más duro canto enterneciera:

si enternecer bastara un duro canto,
mirad que habrá con un corazón hecho,
que al llanto y al suspiro fue de cera.

 

Comentario a Cual parece al romper de la mañana

Este poema de Luis de Góngora se inscribe a la perfección dentro de la corriente del culteranismo. Ya desde la primera estrofa se observa este alambicamiento del lenguaje que nos dificulta su comprensión. 

Este “cual” con el que se inicia el primer y tercer verso nos introduce a una comparación. El objeto comparado, que son las lágrimas de la Virgen María, se compara con las gotas de rocío (aljófar) que se posan sobre rosas frescas o también a la bordadura de perlas sobre “grana” (un paño). Así comprara Góngora a esta “pastora soberana” intentando recrear a su estilo una descriptio puellae de una dona angelicata.

Estos elementos (las gotas y las perlas) son comparados con las lágrimas de esta pastora soberana (majestuosa). Las mejillas milagrosas contribuyen a crear esta imagen de dona angelicata, de quien se dice que mana leche y sangre. Leche, por alimentar a Jesucristo. Sangre por ser de su hijo de quien viene la salvación del mundo, a partir de su sangre que es también de su madre, la Virgen María.