Sobre la falda tenía
El libro abierto;
En mi mejilla tocaban
Sus rizos negros;
No veíamos las letras
Ninguno, creo;
Mas guardábamos ambos
Hondo silencio.
¿Cuanto duró? Ni aun entonces
Pude saberlo;
Solo sé que no se oía
Más que el aliento,
Que apresurado escapaba
Del labio seco.
Solo sé que nos volvimos
Los dos a un tiempo,
Y nuestros ojos se hallaron,
Y sonó un beso.
Creación de Dante era el libro,
Era su Infierno.
Cuando a él bajamos los ojos,
Yo dije trémulo:
¿Comprendes ya que un poema
Cabe en un verso?
Y ella respondió encendida:
—¡Ya lo comprendo!