Me obligaste a viajar por el llanto
–donde por poco no se ahogan mis versos-.
Te lo avisé.
Cuando te venza, me esconderé;
con la vergüenza de haberte ganado,
ya no seré la de antes.
Me obligaste a viajar por el llanto
–donde por poco no se ahogan mis versos-.
Te lo avisé.
Cuando te venza, me esconderé;
con la vergüenza de haberte ganado,
ya no seré la de antes.