Volverán las oscuras golondrinas: En esta ocasión os presentamos este famoso poema de Gustavo Adolfo Bécquer que pertenece a sus Rimas (1871).  Acompañamos el poema una vez más con un breve comentario final y un análisis de la obra del poeta español. 

VOLVERÁN LAS OSCURAS GOLONDRINAS POEMA

Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales
jugando llamarán.
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Pero aquellas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha a contemplar,
aquellas que aprendieron nuestros nombres...
ésas... ¡no volverán!
·
Volverán las tupidas madreselvas
de tu jardín las tapias a escalar,
y otra vez a la tarde aún más hermosas
sus flores se abrirán.
·
Pero aquellas cuajadas de rocío
cuyas gotas mirábamos temblar
y caer como lágrimas del día...
ésas... ¡no volverán!
·
Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar;
tu corazón de su profundo sueño
tal vez despertará.
·
Pero mudo y absorto y de rodillas,
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido..., desengáñate,
nadie así te amará.
·

COMENTARIO Y ANÁLISIS DEL POEMA

Volverán las oscuras golondrinas es una de las más conocidas poesías del poeta español, perteneciente a su antología Rimas siendo éste, en concreto, la rima LIII (53). En esta poesía podemos ver un tema principal que recorre todos los versos y se va intensificando gracias a la anáfora o reiteración en la primera, tercera y quinta estrofa: la fugacidad de las cosas, y, en concreto, del amor.




     El poeta amó mucho a una mujer que se encuentra ausente. Todo lo que pasó, todos esos momentos que vivieron, “no volverán”. Desde una perspectiva algo más positiva, sería una invitación a aprovechar el momento en tanto que las cosas pasan y hay que aprender a vivirlas puesto que van y vienen como las golondrinas del poema, y no nos las podemos perder.

ESTRUCTURA EXTERNA

     De la estructura externa podemos observar que son seis estrofas que combinan versos endecasílabos y heptasílabos. Estos últimos, colocados al final de cada estrofa, logran dar una especial fuerza poética a la obra. Únicamente riman el segundo y el cuarto verso (rima en par) en cada una de las estrofas y por tanto estamos hablando de una canción  porque hay una repetición de la misma estructura a lo largo de las distintas estrofas con rima yámbica.

     A su vez, utiliza imágenes que le permiten expresar aquello que quiere decir de una forma que cautiva al lector y lo sumerge en el poema. Podríamos dividir el poema en tres partes claramente distinguidas. Cada parte abarca dos estrofas:

  • En las dos primeras, las golondrinas son el recurso utilizado por el artista. Estas “volverán”, pero no será lo mismo. La voz del poema recuerda aquellas golondrinas que contempló junto a su amada, y eso es lo que las hacía especiales. No eran ellas, sino el amor de las dos personas, que guarda este bello recuerdo de unas golondrinas que “aprendieron nuestros nombres”.
  • Las dos siguientes estrofas hablan de las madreselvas del jardín de la mujer, que seguirán ahí, y crecerán, pero el haber estado con ella contemplando “aquellas cuajadas de rocío”, eso no volverá a suceder. Se ha acabado. Ese amor murió un día y solo les queda el recuerdo.
  • Finalmente, en los ocho últimos versos, el poeta versa sobre la mujer, que se enamorará de nuevo.  Su “corazón de su profundo sueño / tal vez despertará”, pero este nuevo amor no será igual que el suyo de antes, que “como yo te he querido…, desengáñate, / nadie así te amará”. El poeta amó hasta la adoración de la amada: “como se adora a Dios ante su altar”, y la amó tanto, que nadie podrá nunca amarla así.




     Nos encontramos de nuevo ante una genialidad de la poesía española. Las famosas golondrinas de Bécquer todavía son consideradas de las mejores líricas románticas compuestas por la literatura española. Francamente, el poeta nos lo pone fácil en esta ocasión para dejarnos sorprender ante sus versos.

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