Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusión!,
que una fontana fluía
dentro de mi corazón.
Di, ¿por qué acequia escondida,
agua, vienes hasta mí,
manantial de nueva vida
de donde nunca bebí?
Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusión!,
que una colmena tenía
dentro de mi corazón;
y las doradas abejas
iban fabricando en él,
con las amarguras viejas
blanca cera y dulce miel.
Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusión!,
que un ardiente sol lucía
dentro de mi corazón.
Era ardiente porque daba
calores de rojo hogar,
y era sol porque alumbraba
y porque hacía llorar.
Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusión!,
que era Dios lo que tenía
dentro de mi corazón.
Análisis de Anoche cuando dormía de Antonio Machado
Se trata de un poema compuesto a través de cuartetos que siguen una estructura de abab con un cómputo silábico octosílabo. El poema anoche cuando dormía (1907)es una obra menor de Antonio Machado nos muestra un claro ejemplo de la poesía simbolista que trabajo a lo largo de su vida.
Se trata de una obra de talla modernista y muy subjetiva, donde nuestro poeta lleva la expresión poética hasta su máximo grado de intensidad. Es también un poema muy marcado por la tradición española por el trabajado verso octosílabo y por el uso de la rima asonante. Realmente, podemos decir que no es un poema muy complejo en cuanto al léxico y es, sin duda, fácil de leer y de entender.
Comentario de Anoche cuando dormía
El texto nos explica un sueño y un deseo al que Antonio Machado aspira pero que, paradójicamente, se escapa de entre sus manos de forma patética en el sentido trágico de la palabra. El autor sueña con una fuente, una colmena de abejas y un sol que son, respectivamente, agua, abejas y luz, es decir, fuente de vida, de alimento y de existencia ya que sin la luz nada es observable.
El autor se encuentra en un momento de angustia porque se da cuenta que no tiene ninguna de las tres cosas y que por ello debe soñarlas. Así pues, el autor se da cuenta de la infecundidad de su vida con la falta de la vida, el alimento y la luz interior. A pesar de todo, la última estrofa dota de un sentido al poema que versa Antonio Machado cuando dice que es a Dios a quien tiene en su corazón, que es fuente de plenitud y dicha.